Home Sobre buques y napas: Resumen de los cuestionarios de la Jornada de América
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Puntos destacados del Taller

Producción, Sequía e Inundación
¿Cómo manejamos las oportunidades y riesgos que trae el agua desde el lote al municipio?

En la tarde, luego de la jornada (más de 80 personas), nos quedamos trabajando en grupos (40 personas) discutiendo sobre el impacto de sequías e inundaciones y que opciones y acciones tomábamos para manejarlas desde los lotes al municipio.

Se enuncian los aspectos más relevantes que surgieron del taller. Seguramente no es todo lo que cada uno de los participantes ha dicho o escuchado, pero son, a nuestro juicio puntos muy relevantes. Los invitamos a dejar sus comentarios agregando otros conceptos o enriqueciendo los que hemos destacado

Estamos sumamente agradecidos a la comunidad de Rivadavia y a todos los que nos acompañaron y acompañan por su participación en este trabajo de investigación, valoramos todos sus aportes y los que puedan hacer. Nuestro deseo es generar y compartir  conocimiento relevante para ustedes.

 

1.   Asimetría de los efectos de la inundación y la sequía

La sequía se percibe como un evento más negativo que la inundación, especialmente a escala municipal. La Sequía representa un proceso gradual, de impacto negativo generalizado, primero el ámbito rural y con algo de retraso el urbano. La inundación surge abruptamente, si bien tiene condiciones predisponentes (niveles freáticos elevados), genera impactos ambiguos, impacta en focos rápidamente sobre el ámbito urbano y la infraestructura vial, pero solo eventos muy graves afectan la producción del partido porque hay zonas perjudicadas y beneficiadas.


La inundación genera inmediatamente un gasto para contener personas afectadas en los pueblos, reparar caminos y acomodar obras. En muchos casos también implica condonar impuestos municipales o retrasar su cobro. Sin embargo el impacto es focalizado y sus consecuencias económicas a nivel de municipio desaparecen rápido. A la vez, en esta situación de lluvias abundantes muchos productores obtienen muy buenos resultados y se sugirió que los impactos positivos de las inundaciones en general sobre-compensan a los negativos a escala de un año en un municipio. Su impacto negativo aumentaría cuando se el fenómeno es muy intenso o cuando se desencadena en forma súbita. Aunque se reconocen “indicadores” (e.g. profundidad de napa) para anticiparse, se mencionó que raramente se toman medidas preventivas.

La sequía parece ser siempre negativa para todos los actores, desde el productor al municipio. La percepción más común fue que la sequía afecta de manera más directa, fuerte e inmediata al productor que al resto de los actores. Se reconoció diferencias entre las producciones, en los sistemas agrícolas el impacto es en la campaña de la seca, en los sistemas ganaderos el impacto puede repercutir en varios años. En cambio la sequía generalizada no genera un impacto inmediato a nivel municipal. Si bien frente al problema algunos productores comienzan a hacer previsiones presupuestarias reduciendo costos, el impacto mayor se transfiere hasta el fin de la campaña. En ese momento se reduce fuertemente la demanda de trabajo para cosecha y transporte. Muchos de los que prestan esos servicios viven en el municipio. Los menores ingresos de los productores y quienes prestan servicios se traslada en mucho menor actividad económica para el municipio en todo un año post cosecha. Un rubro indicador es la construcción. Para el municipio el impacto de la seca es mayor que el que genera la inundación.

Cuando los efectos son generalizados, como en una sequía, el sector productivo genera una enorme demanda de financiamiento. Los proveedores de insumos saben que luego de un año así para conservar los clientes deben ofrecer financiación para la próxima campaña, y para refinanciar compromisos asumidos a cosecha.

 

2.   Prioridades y tiempos frente a la inundación

Frente a un evento de inundación las prioridades de trabajo que surgieron en primer término son distintas según el origen de los actores. Para aquellos relacionados con la producción frecuentemente se mencionó prioritariamente mantener la producción (o minimizar impactos negativos) o la infraestructura (ej. mantener caminos para sacar la cosecha). En cambio, actores municipales como defensa civil priorizan salvaguardar la población y los servicios e infraestructura urbana, luego el resto de la infraestructura y finalmente la producción.

La escala de tiempo que usamos para interpretar los costos de estos eventos puede cambiar su signo. Esto es especialmente claro para los ciclos de inundación, cuyo efecto negativo inicial puede ser acompañado de efectos positivos en el mismo año y aún en años secos sucesivos, al ofrecer agua reservada en napas a los cultivos. Esto no cuenta en el caso de los actores urbanos y la infraestructura dañada.

3.   Papel del uso de la tierra sobre la hidrología

Hay aceptación general de que el uso de la tierra puede contribuir a regular el riesgo de anegamiento a nivel de lotes pero no a nivel de áreas más grandes tales como el municipio. Esto incluye acciones como cultivos tempranos, el uso de doble cultivo o coberturas, el mantenimiento de pasturas en áreas bajas. Cuando se sube de escala, si bien se visualiza como técnicamente viable, la organización, implementación y gestión a nivel de todo un municipio resulta incierta. Algunos grupos plantearon mecanismos de retribución (e.g. pago de servicios) para mantener estos usos de la tierra alternativos o estabilizadores. Otros en cambio proponen que un mecanismo viable es que todos los productores conozcan y sepan implementar estrategias que transformen el mayor riesgo de inundarse en una oportunidad para producir más y proponen sociabilizar ese conocimiento en el municipio.

Algo inverso parece suceder con el papel de los canales y obras. A escala del municipio y actores con fuerte inversión en infraestructura, estas obras son centrales para el manejo. En cambio para los productores su impacto es relativo. Se mencionó que este efecto es esperable porque en la hidrología de la región el efecto de la canalización actual tiene poco efecto en términos de área, pero un efecto central en términos del riesgo para una población.

4.   Actores e impactos

Entre los actores productivos con mayor impacto se destacan el tambo, la agricultura, los feedlots y en mucho menor medida la cría. Se sumaron los contratistas, prestadores de servicios y acopiadores. Hubo poca distinción respecto a los efectos sobre dueños vs. Arrendatarios o de Grandes vs. Chicos. Sin embargo, se mencionó que en las áreas afectadas por una inundación los productores chicos sufren la pérdida de gran parte de su producción y tienen menos herramientas para amortiguar o recuperarse del evento. Finalmente se incluyeron los habitantes urbanos y su economía.  Fue notable la ausencia de la conservación de hábitats naturales como un valor que pueda interesar a algún actor.

 

5.   Impactos sobre infraestructura

El mantenimiento de la red vial ante eventos de inundación es mencionado como un aspecto sensible para garantizar la comunicación con los pueblos de la región y el movimiento de productos e insumos a los campos. Debido a su posición topográfica, procesos de erosión y de hundimiento del terreno, muchos de los caminos rurales en la zona se encuentran por debajo del nivel del terreno circundante, se inundan fácilmente y pueden actuar como corredores de agua. En estas circunstancias es habitual el acuerdo transitorio entre campos vecinos para facilitar el paso a través de los mismos.

La magnitud del impacto de la inundación sobre los caminos rurales depende del momento y duración del evento, así como del actor social afectado. La comunicación, acceso a cobertura sanitaria y provisión de alimentos es una necesidad permanente para la población rural y de pequeños pueblos y tiene carácter prioritario para los organismos de prevención e instituciones públicas. También tambos y feed lots tienen fuerte dependencia de la infraestructura vial por el ingreso y salida casi cotidiano de gran cantidad de productos e insumos para su normal funcionamiento. La ganadería o agricultura extensiva tienen mayor margen de maniobra frente a la falta de acceso, si bien en algunos casos puede demorar la siembra, cosecha y movimiento de animales, reduciendo la eficiencia del sector.

Dentro de los predios, las inundaciones obligan a realizar infraestructura especial para evitar enfermedades y deterioro de productos almacenados. En tambos y feedlots es necesario mantener áreas secas como pisos elevados y dormideros, o corrales rotativos, para animales en confinamiento. A esto se suman las tareas necesarias para evitar el colapso de los sistemas de desagote de efluentes líquidos y desechos animales. En el caso de las plantas acopiadoras de grano, se utilizan pozos de bombeo para deprimir la napa bajo los silos, circulando el agua del predio mediante canales.

6.   Necesidad de generar, difundir y usar el conocimiento

Los productores con los que se trabajó tienen clara la influencia del manejo de sus lotes sobre la hidrología y el valor de escenarios hidrológicos favorables (e.g. una napa a 2 mts) o de minimizar impactos de escenarios desfavorables. Sin embargo, si bien reconocen que el manejo a escala de lote contribuye a definir la hidrología a escalas espaciales más grandes, mencionan la necesidad de entender mejor esas relaciones hidrología-sistemas productivos (e.g. como se mueve el agua, que impacto tiene lo que se haga en el lote/campo sobre escalas mayores, etc.). Finalmente, aunque pueda haber ideas generales de acciones individuales que pueden colectivamente impactar la hidrología (e.g. si todos hacemos verdeos la napa baja), es mucho menos claro como coordinar esas acciones para lograr cambios efectivos. Por ejemplo, se discutió la posibilidad de generar protocolos que sugieran los cultivos/manejos más adecuados ante una amenaza de inundación, pero se mencionó que los mismos no deberían ser obligatorios (i.e. no obligar a nadie a sembrar cierto cultivo). En el mismo sentido se habló de recompensas/remuneraciones a quienes quieran/deban realizar ciertas acciones que aporten al bien común (e.g. “áreas de amortiguación”), pero de una manera muy vaga. Este punto (el cómo hacerlo) parece ser el gran desafío (más que el qué hacer).

Otro punto que surgió es que el conocimiento universitario en una ciudad como América está muy ligado a la cadena agropecuaria. Las empresas tienen profesionales en varias de las áreas ( la gestión técnica, la económica y comercial). En conjunto son la mayor parte de los graduados universitarios que habitan la ciudad. Este balance en la distribución del conocimiento universitario contrasta con otros sitios del mundo, donde el sector agropecuario explica una parte mucho menor de los graduados en una ciudad, que se distribuyen mayormente en otras áreas de servicio o industria.

El municipio de Rivadavia identificó esa fuente local de conocimiento y busca capturar algo que puede definirse como acción comunitaria de su parte. La idea es poder subsidiar con ese conocimiento las necesidades de otros productores del municipio y de otras áreas de la administración. Aunque todavía no hubo avances formales, si hubo acciones que son coherentes con esa necesidad. La dirección de Producción y Ambiente de la municipalidad junto a varios productores y técnicos de América participaron de la elaboración de un manual de buenas prácticas para el uso de agroquímicos próximos a las localidades urbanas del municipio.

Actualizado (Jueves, 13 de Marzo de 2014 21:41)

 
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